En medio de una multitud, que paralizó las principales vías de Medellín, el féretro del cantante de música popular Darío Gómez llegó a su última morada: el cementerio Campos de Paz de la capital antioqueña, luego de casi tres días de estar en cámara ardiente en el coliseo Yesid Santos.

En una ceremonia privada, por decisión de la familia, se le dio cristiana sepultura al cuerpo del llamado ‘Rey del Despecho’, quien falleció el pasado martes, tras sufrir un colapso súbito en su residencia, y de ser trasladado sin éxito a la clínica Las Américas; en donde se confirmó su deceso a las 7:31 p.m.

Sin embargo, lo que se preveía fuera una ceremonia emotiva, se convirtió en las afueras del campo santo en una batalla campal; pues los seguidores del artista, quienes llegaron desde diferentes partes del país, no se resistieron a la idea de no poder estar en el sepelio, e intentaron -una gran mayoría- entrar a la fuerza.

Por ello fue necesario el actuar de miembros del ESMAD, quienes tuvieron que dispersar a los revoltosos con gases lacrimógenos. El consumo excesivo de alcohol exacerbó los ánimos entre los presentes, quienes iracundos por la imposibilidad de entrar al parque cementerio comenzaron a derribar las vallas de contención.

Darío Gómez, quien murió a sus 71 años, y llevaba casi 40 de vida artística, era reconocido, no solo en Colombia, sino en toda Latinoamérica y en gran parte de los países de habla hispana, como el mayor exponente de la música popular en todo el mundo. Y precursor de un género en el que cientos han seguido sus pasos.
Tanto era la importancia del cantante en el territorio nacional, como lo reseñan importantes portales internacionales como Sputnik, que el presidente de la República, Iván Duque, fue uno de los que lamentó su muerte a través de sus redes sociales, con un sentido mensaje a su familia y amigos.