Tal parece que el partido entre Deportes Tolima y Deportivo Cali, válido por la vuelta de los cuartos de final de la Liga BetPlay 1 2021, ya tiene fecha y sede confirmada. El cotejo, que ya ha sido aplazado en cuatro oportunidades, se disputará -si nada extraordinario ocurre- en el Polideportivo Sur de Envigado, este sábado a partir de las 3:30 p.m. Decisión que fue rechazada por Acolfutpro en sus redes.

Fue justamente la Asociación Colombiana de Jugadores Profesionales la que prácticamente oficalizó la determinación del ente rector, que intentó desarrollar el juego en Palmira, lo que desató la ira del alcalde Óscar Escobar, quien señaló a los dirigentes no entender la gravedad de las protestas por el paro nacional en su ciudad. Y que pensó en llevarlo, sin éxito, a Bucaramanga y Barranquilla.

«Pese a la solicitud de los futbolistas colombianos, al no existir condiciones para la realización de partidos en Colombia, los futbolistas de Deportivo Cali y Deportes Tolima reciben ordenes de clubes y Dimayor de jugar mañana en envigado, exponiendolos a un riesgo innecesario», indicó la agremiación, un día después de que los capitanes del FPC decidieran entrar en cese de actividades.

Y es que el ambiente en el territorio nacional está altamente caldeado. Para la muestra lo sucedido en Barranquilla, en donde los cotejos entre Junior y River Plate y América y Atlético Mineiro, por la fase de grupos de la Copa Libertadores, se jugaron en medio de fuertes disturbios y de gases lacrimógenos, que afectaron a los jugadores de todos los elencos con irritación ocular.

«Solicitamos a la FCF, a la Dimayor y a los clubes profesionales, que hasta tanto no se resuelva la actual situación de orden público que afecta a todo el país y pone en riesgo nuestra integridad, no se programen los partidos de las competencias en los torneos locales», expresó la agremiación en su comunicado del jueves, en el que además salieron a respaldar la movilización ciudadana.
No obstante, el titular de la Dimayor, Fernando Jaramillo, ha dejado en claro que no se suspenderá el torneo, pese a las amenazas de las barras bravas de los equipos, que han manifestado su voluntad de impedir a toda costa que el torneo se siga efectuando en un ambiente de normalidad, incluso afectando lo que serían los intereses de los equupos que, a la fecha, están con posibilidades de campeonar.