En San Andrés y Providencia, el turismo sigue mostrando cifras alarmantes, pues el mes de octubre registró la menor ocupación hotelera desde el 2013, a excepción de 2020, cuando el país atravesó la pandemia del covid-19. Durante este mes, la ocupación hotelera de la isla cayó un 20% y los ingresos de los alojamientos disminuyeron 38,6%. Con esto, es el departamento que tuvo la peor tendencia y las peores caídas registradas.

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La Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco) informó que la ocupación hotelera en el país, entre enero y octubre de este año, fue de 58,44%, mientras que en el mismo periodo en el 2022 fue de 60,98%. Estas cifras en rojo, que representaron una caída de 2,54 puntos porcentuales (p.p.), no se veían desde 2013.

Las otras regiones que bajaron sus números

En cuanto a los ingresos de los hospedajes, la Encuesta Mensual de Alojamiento (EMA) del DANE arrojó que, a nivel nacional, estos cayeron un 11,6% en septiembre de este año, haciendo la comparación con el 2022. Las regiones que más disminuyeron sus ingresos, después de San Andrés, fueron los Llanos y Orinoquía (-18,7%), Golfo de Morrosquillo y Sabana (-16,9%), y Pacífico (-14,5%).

“Entre los desafíos se encuentran diversos factores que impactan la capacidad de gasto, sobre todo de los colombianos, tales como el IVA en servicios hoteleros y tiquetes aéreos. A esto se suma la disminución del mercado aéreo y los problemas en la conectividad terrestre”, señaló José Andrés Duarte, presidente de Cotelco, quien resaltó la necesidad de abordar los desafíos que tiene el sector turístico.

El problema que se viene presentando en cuanto al mercado aéreo por el cierre de aerolíneas tienen en vilo a San Andrés, pues la conectividad es la vía principal para alimentar económicamente al archipiélago.

Duarte recalcó que cualquier idea  que implique buscar la recuperación económica, necesita incluir la solución a los problemas de conectividad. Afirmó que no se registran promedios cercanos a la mitad de la cantidad de vuelos que la isla recibía antes de finalizar el año anterior, es decir, cerca de 33 vuelos diarios. Sin embargo, reconoce el esfuerzo que hacen las ciudades de Bogotá, Medellín y Cali por mantener las conexiones.

También añadió que se debe avanzar rápidamente en el otorgamiento de las autorizaciones de vuelo y operaciones de ruta que solicitan las empresas de transporte aéreo, así como fortalecer el proyecto del aeropuerto de San Andrés que permite mejorar la infraestructura y la capacidad de atención y de conectividad.