Quibdó, Chocó, 29 de febrero de 2024. UBPD. En las comunidades de Gingarabá y Guarato, en el nororiente del municipio de Tadó (Chocó), la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD) recuperó cinco cuerpos que corresponderían a combatientes que perdieron la vida en enfrentamientos ocurridos hace más de 22 años en el corregimiento de El Tapón.

A las 10 de la mañana del 16 de enero de 2002, Ivana Perea, una mujer de 65 años y habitante de la zona, escuchó el estallido de bombas y sintió la tierra temblar. Ella y 200 familias de este corregimiento atestiguaron las acciones ofensivas contra los grupos armados ilegales que frecuentaban ese territorio. Desde ese día, la comunidad cambió la paz en la que se había acostumbrado a vivir por un interminable confinamiento y un temor que pronto provocó un desplazamiento masivo.

De acuerdo con la investigación humanitaria y extrajudicial desarrollada por la Unidad de Búsqueda, al menos 60 personas fueron desaparecidas por causas relacionadas con el conflicto armado en el municipio de Tadó.

Durante los hechos violentos vividos en esta zona del Pacífico colombiano, algunas personas fueron reclutadas por grupos armados ilegales, otras desaparecidas de manera forzada y un número más murieron durante enfrentamientos como los originaron el desplazamiento de Ivana y su comunidad.

Luego de 20 años de estos hechos, el apoyo de los miembros de los consejos comunitarios de Alto San Juan (ASOCASAN) y de Santa Cecilia y el aporte de información de firmantes del acuerdo de paz que integran la Corporación Humanitaria Reencuentros permitió a la Unidad de Búsqueda regresar a la región del Alto San Juan, en el oriente del Chocó, para recuperar algunos de los cuerpos enterrados en el momento más cruento de la guerra.

María Alejandra Ortiz y Andrea Gómez, antropólogas de la UBPD que participaron en la acción humanitaria de recuperación de los cuerpos, destacaron la importancia del apoyo comunitario y la participación de quienes debieron abandonar su territorio.

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“La experiencia fue muy gratificante y emotiva porque no solo pudimos cumplir con el objetivo de encontrar los cuerpos, sino que, además, pudimos aportar en el cierre de un ciclo de dolor a varias familias que por más de 20 años han buscado a sus seres queridos. Estamos aportando a la construcción de paz a través de la reparación a las familias”, manifestaron las funcionarias.

Por su parte, Yeicy Echavarría y Luz Mireya Moreno, investigadoras integrales de la Unidad de Búsqueda en Chocó, realizaron un llamado para que las comunidades del Chocó continúen aportando información que permita agilizar los procesos de búsqueda y la entrega de respuestas a las personas que no saben del paradero de sus seres queridos.

“Estas acciones permiten la construcción de fuentes de confianza y solidaridad. Este es un llamado a la sociedad para seguir confiando en nuestra labor y continuar trabajando juntos hacia un futuro donde la paz territorial y la reconciliación prevalezcan”, comentó Echavarría.

Los cinco cuerpos recuperados, junto con la información recopilada en la investigación humanitaria, fueron entregados al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses para su proceso de análisis e identificación.

Esta acción humanitaria hace parte del Plan Regional de Búsqueda de la subregión del San Juan, el cual comprende la búsqueda de aproximadamente 500 personas desaparecidas a causa del conflicto armado en los 12 municipios de esta subregión.