Detrás del alias ‘La Madame’ no solo se esconde una presunta cabecilla de finanzas del Clan del Golfo, sino también un símbolo del poder que aún ejerce esta organización en los territorios rurales de Antioquia.

La mujer, recientemente capturada por las autoridades, es señalada de haber participado en el atentado contra una patrulla de la Policía en zona rural de Ebéjico el pasado abril, mediante la activación de un artefacto explosivo.

Su rol no era menor. Según las investigaciones, ‘La Madame’ no solo manejaba recursos de la subestructura Edwin Román Velásquez Valle del Clan del Golfo, sino que también habría proferido amenazas contra funcionarios judiciales, en un intento por intimidar a quienes intentan desarticular estas redes desde el Estado.

El caso revela una doble realidad: por un lado, la expansión del crimen organizado más allá de las zonas urbanas, con estructuras que operan con lógica de guerra en corregimientos y veredas; y por otro, la creciente participación de mujeres en roles estratégicos dentro de estas organizaciones, desdibujando estereotipos tradicionales del delito.

Aunque la captura es celebrada como un golpe a las finanzas criminales y un paso en la lucha contra la violencia rural, los desafíos persisten. La extorsión, una de las principales fuentes de financiación del Clan, sigue golpeando a comunidades de municipios como Ebéjico, Sevilla y Armenia Mantequilla, donde la criminalidad aún se impone a la presencia institucional.

Alias ‘La Madame’ deberá responder por delitos relacionados con terrorismo, amenazas y extorsión. Su caso se convierte en una nueva alerta sobre la urgencia de reforzar la justicia, la inteligencia financiera y la protección de los territorios abandonados al control de estructuras armadas ilegales.