Cada año, miles de niños enfrentan el desafío emocional y social de cambiar de escuela. La transición de un niño a un nuevo colegio puede ser un momento emocionante, pero también puede generar incertidumbre en los más pequeños. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Toronto, los niños que cambian de escuela tienen más probabilidades de experimentar problemas de comportamiento, como la agresividad o la falta de atención. Esto se debe a que pueden sentirse estresados o ansiosos por el cambio, lo que puede conducir a problemas de conducta.

Es por ello que facilitar este proceso no solo es fundamental para su bienestar emocional, sino que también sienta las bases para un rendimiento académico positivo. Carolina González, psicóloga del colegio Liceo Francés de Medellín, señala que cada proceso de cambio se vive de manera diferente en cada niño/a y depende de diferentes factores como su contexto familiar, crianza, personalidad, competencias, entre otros aspectos.

“Lo importante es que tanto la familia como el Colegio se articulen para brindarle los apoyos que requiera según sus necesidades específicas. Todo esto con el objetivo de hacer de esta experiencia algo positivo, gradual y enriquecedor para el proceso educativo y formativo del estudiante”, puntualiza González.

De acuerdo con el Liceo Francés de Medellín, estas son las claves para facilitar el proceso de cambio de colegio en niños:

Preparación y diálogo

Es importante preparar a los niños con antelación para el cambio. Por eso se recomienda hablarles sobre la nueva escuela, lo que van a aprender, los nuevos amigos que van a conocer y los cambios que van a experimentar de manera positiva. Incluso, si puede visitar el colegio con ellos antes de iniciar las clases será de gran ayuda para que se familiaricen con el entorno.

“En dicha conversación es esencial dar cabida a la expresión y validación de los sentimientos de los niños, convirtiéndose en una oportunidad para que el adulto identifique qué emociones le produce a su hijo el cambio al nuevo colegio y así trabajar en ello y acompañarlos de una mejor manera”, afirma González.

 Ajustar rutinas

Es fundamental que los padres vayan ajustando progresivamente las rutinas familiares a los horarios que propone el colegio. Esto le facilitará que el ritmo biológico de los niños se adecue a su nueva realidad con una ayor seguridad y estabilidad, permitiéndoles transitar con energía y disposición.  “Dichos cambios de horarios, deben ir acompañados de la construcción y/o continuidad de hábitos y rutinas saludables como una sana alimentación, una buena higiene del sueño, poca exposición a las pantallas, prácticas de autocuidado, entre otros”, agrega González.

Fomentar la autonomía

Incentivar la autonomía del niño es clave para que pueda sentirse más seguro y confiado en su nuevo entorno. Al fomentar esto se mejoran las habilidades sociales, ya que los niños aprenden a comunicarse, colaborar y resolver conflictos de manera independiente.

“En el Liceo Francés, incentivamos desde el inicio de la escolaridad la autonomía en nuestros estudiantes, haciendo de los niños seres competentes y capaces. Sin embargo, se recomienda que desde casa los padres permitan que los pequeños tomen decisiones y asuman responsabilidades,  para que ejerzan y fortalezcan su autonomía de tal forma que al llegar a la escuela, deseen ponerla en práctica y se conviertan en seres activos y protagonistas de su aprendizaje”, comenta González.

Participar en la comunidad escolar

La participación activa de los padres en eventos escolares contribuye significativamente a la adaptación exitosa de un niño a su nuevo colegio al proporcionar apoyo emocional, crear conexiones sociales y fomentar una colaboración efectiva entre la familia y la escuela.

Por último, cabe recordar que en el inicio de este nuevo ciclo educativo, cada niño es único y se adapta a su propio ritmo, por lo que es crucial brindar apoyo continuo. Padres, maestros y cuidadores deben estar presentes para abordar cualquier preocupación y proporcionar el apoyo emocional necesario.

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