Luego de 25 años, y gracias a la decidida intención de la Alcaldía de Medellín de llevar calidad de vida a toda la ciudad, incluyendo la ruralidad, un total de 1.567 habitantes de la vereda Piedra Gorda cuentan con servicio de agua potable.

Esto debido a la entrega de las obras de mejoramiento y ampliación del acueducto Las Flores, en el corregimiento de Santa Elena. En resumen, se benefician 461 familias.

Este proyecto llegó a feliz término, ya que la actual administración retomó y finalizó las labores contratadas en 2017 por la Secretaría de Gestión y Control Territorial, a través de un contrato interadministrativo con la EDU, el cual no finalizó por diferentes inconvenientes.

«Anteriormente nosotros cargábamos agua en canecas, en la época de nosotros nos tocó bastante duro», señaló Héctor Fabián Grajales, quien resultó favorecido con la iniciativa.

«Ahora, con el acueducto Las Flores, las cosas han mejorado en un 100 %, digámoslo así, porque ahora tener el servicio las 24 horas genera ya mucha tranquilidad, tanto para mí como para todos los beneficiarios del acueducto», destacó.

En lo ejecutado se invirtieron $1.047 millones. Incluyó labores como la construcción de la bocatoma, la terminación del desarenador y el tanque de succión, la construcción de la red eléctrica, la instalación del sistema de bombeo, entre otros.

«La razón por la que EPM es pública va más allá de las utilidades, porque se pueden obtener a través de impuestos, pero llevar agua y alcantarillado a tantas zonas de Medellín, Antioquia y Colombia que no tenían, eso es ser pública», dijo el alcalde Daniel Quintero Calle.

«Yo vine a la Alcaldía con una misión: que EPM fuera de la gente y llevar acueducto y alcantarillado al mayor número de personas. Hoy Medellín es la única ciudad de Colombia que está ampliando su acueducto y alcantarillado, pero en este caso no hay inversión que valga más la pena que la de los servicios públicos», agregó.

Estos trabajos generaron 25 empleos directos para habitantes del corregimiento de Santa Elena, quienes con su mano de obra contribuyeron al mejoramiento de la calidad de vida.

«El agua potable significa muchas cosas, no solo es bienestar y comodidad, es salud, es posibilidad de nutrición, es posibilidad para que los niños salgan del círculo de pobreza o aumenten incluso en la escala social», indicó el secretario de Gestión y Control Territorial, Carlos Mario Montoya.

«El no estar propensos a las diarreas significa mejores condiciones nutricionales, una mayor capacidad de aprender y una mejor capacidad de ejecutar sus obras y sus acciones en un futuro, con una mejor remuneración y obviamente una mayores posibilidades de que día a día mejoren su calidad de vida», manifestó.

En su concepto, «No es solo el agua, no es solo la comodidad, sino que es todo lo que al interior del ser humano implica no tener las enfermedades que por un agua de mala calidad se generan».

En Santa Elena, la actual administración ya había entregado el mejoramiento y ampliación del acueducto San Pedro, que lleva el servicio de agua potable a 1.021 familias, las 24 horas del día. En esta construcción, la Alcaldía de Medellín invirtió $7.100 millones.

Con el propósito de mejorar las coberturas, tanto de acueducto como de saneamiento básico, en la zona rural de Medellín, el distrito destinará $21.500 millones para diferentes obras en los cinco corregimientos.