Estrategias de promoción, prevención, respeto y garantías de los derechos y las libertades de las juventudes en riesgo o vulnerabilidad social, son realizadas por el programa Juventud que Teje Vida de la Secretaría de la Juventud de Medellín.

Es una sombrilla de protección en materia de salud mental de los jóvenes para fortalecerlos en el manejo de las emociones, debido a la situación de miedo y de riesgo que existe hoy por la pandemia, por la situación económica en que se sienten y por las circunstancias actuales que estamos viviendo en diferentes órdenes. Es un acompañamiento para fortalecerles emocionalmente en su mentalidad y para acercarlos a las oportunidades que les ofrece la Administración Municipal”.

Esto nos cuenta Luisa Fernanda Sierra Jaramillo, coordinadora de este programa, una de las apuestas que tiene la Alcaldía de Medellín en articulación con otras secretarías, para apoyar el fortalecimiento individual de cada joven -a través del acompañamiento psicosocial- y lograr la consolidación de entornos protectores en un trabajo grupal y comunitario con sus familias y en sus barrios; proceso que desde hace años se viene realizando en nuestra ciudad.

 

 

 

Aprender de lo construido

Queremos aprender de lo ya construido y fortalecer el trabajo donde se necesita. Lo importante es que los jóvenes son muy receptivos con esta propuesta, en donde buscamos brindarles una atención focalizada; identificamos a quienes se encuentran expuestos a riesgos o condiciones de vulnerabilidad social, por medio de los equipos territoriales de la Secretaría de la Juventud y demás secretarías  y con las organizaciones de base comunitarias; son situaciones  que enfrentan como la violencia familiar, sexual, contextos de violencia en sus territorios o personas en el sistema de responsabilidad adolescente,  entre otros asuntos”, manifiesta Luisa.

La Coordinadora destaca que la juventud tiene una forma muy bonita y especial de generar cambios en sus entornos, desde la solidaridad con los demás, encontrando soluciones para todo, así tenga que enfrentar tantas barreras que le pone la sociedad. “Ellos mismos son la esperanza del cambio que estamos viendo y sintiendo; son ellos la cara viva de la transformación, son los jóvenes quienes agitan a los movimientos sociales en el mundo”, agrega.

Testimonio de este proceso nos brinda Laura María Bedoya Pérez, habitante del barrio Llanaditas, en la comuna 8, al relatar su experiencia en este proyecto. “Yo   agradezco el apoyo incondicional que nos dieron, la atención prestada y todas las actividades que prepararon para nosotros, pero mi mayor gratitud, es que estar allí me ayudó a saber cuáles eran mis perspectivas para la vida, descubrí que era lo que quería ser y estudiar y cómo era que me soñaba como persona´”.

Para esta joven estudiante de 18 años, apasionada por el tema de la salud, quien cursa sus estudios de Auxiliar de Enfermería en la Universidad San José Obrero, el acompañamiento constante, el haberse conocido a sí misma, a otras personas y a otras expresiones culturales de la ciudad y de Colombia que no sabía que existieran, le han ayudado a ser una mejor persona.

El apoyo psicosocial que nos dieron, la dedicación del tiempo necesario para cada uno de nosotros y el acompañamiento permanente, fueron vitales para entender muchas cosas a partir de ahí”, afirma.

Mientras para Kevin Cuervo Gallego, un joven de 19 años, habitante del barrio Aranjuez, esta experiencia fue lo mejor. “Me cambió la vida, uno aprende demasiado allí. Yo era una persona muy depresiva, muy sola y estar en este proyecto me enseñó a querer a los demás y a encontrar un compañerismo; hoy ya tengo más amigos, soy más abierto y más sociable”.

Le cambió tanto el pensamiento que tiene grandes aspiraciones. “Me veo estudiando la carrera, ayudando a los demás y teniendo mi casita propia”, dice.

 

 

 

Líderes del cambio

Luisa Fernanda -la coordinadora del programa- manifiesta que “la mayor satisfacción es que en el proyecto vemos a la juventud desde sus fortalezas, hemos visto que llegan con una potencia impresionante y también con unas inseguridades propias, pero al estar allí se han fortalecido y hoy son líderes en su territorio, líderes de cambio, con propuestas de construcción del tejido social”, concluye.

Para la joven Laura Bedoya, su futuro está un poco más claro después de esta experiencia. Ella se ve a sí misma como una gran cirujana, sin perder la humildad; con una gran familia y dedicada a sus actividades, en donde la resiliencia y la empatía sean parte de su sello personal.

Mientras tanto, Kevin alberga varios sueños, espera poder estudiar Gerontología por el amor que siente por los adultos mayores y seguir sacando adelante a su bebé Celeste, que tan solo tiene un año de edad.  Por el momento, sigue al lado de sus padres luchando por salir adelante e invitando a los amigos que ha ido haciendo a participar de este programa que le dio un nuevo rumbo a su existencia.

El programa Juventud que Teje Vida busca fomentar en este grupo poblacional capacidades que disminuyan su vulnerabilidad frente a problemáticas como el reclutamiento, la utilización por parte de actores armados, el embarazo adolescente, la deserción escolar y el consumo problemático de sustancias psicoactivas, labor que realiza la Alcaldía de Medellín a través de un acompañamiento psicosocial y del fortalecimiento de entornos protectores, con un trabajo individual, grupal y comunitario.