En 2022, el níquel, uno de los productos más exportados por Colombia, experimentó precios altos que promediaron los US$25.834 por tonelada métrica. Estos precios se debieron a la mayor demanda de este bien para la transición energética, así como a la disrupción en el mercado causada por la invasión de Rusia a Ucrania y los problemas operativos registrados por otros productores como Indonesia y Nueva Caledonia.

En cuanto a la producción del país, que se concentra principalmente en Montelíbano, Córdoba, donde se encuentra la mina de Cerro Matoso, se registró un repunte significativo en 2022 gracias al inicio de operaciones de Queresas y Porvenir a finales de 2021, y la solución de problemas logísticos que afectaron el desempeño en años anteriores. De esta manera, el nivel de producción (40 mil toneladas) superó el promedio de los últimos años.

Según el informe más reciente de Banca & Economía publicado por Asobancaria, se espera que en 2023 continúe el repunte de la demanda, impulsado por el aumento del uso de baterías para vehículos eléctricos, la fabricación de turbinas eólicas, paneles solares y baterías, que son fundamentales para acelerar el proceso de transición energética en el mundo. Además, las medidas de estímulo de China para apoyar su sector inmobiliario, así como su reapertura, predicen una mayor demanda de níquel. “Esto mantendría los precios internacionales en niveles cercanos a los actuales, por lo cual se espera que el precio promedio en 2023 este cercano a los USD27.518”, destaca el documento.

“Entretanto, respecto a la producción local se estima que en el presente año pueda bordear las 42.000 toneladas, pese a las perspectivas de aumento de la producción en Indonesia, esto en consideración a su importancia para la transición energética y la superación de problemas logísticos en Cerro Matoso”, resalta el documento.

En consecuencia, Asobancaria prevé que el precio del metal aumentará un 6,5% este año en comparación con 2022, y que el crecimiento de la producción será del 5%.