El exmandatario estadounidense, Donald Trump, se entregó en una cárcel de Atlanta, Georgia, como respuesta a los 13 cargos presentados en su contra por supuestamente intentar anular los resultados de las elecciones de 2020 en ese Estado. Este acontecimiento marca el cuarto caso penal en el que se involucra al expresidente. Junto a 18 de sus colaboradores, Trump fue imputado el 14 de agosto en el marco de una investigación amplia, lo que lo condujo a comparecer tal como lo hicieron dos de sus asociados, en la cárcel del condado de Fulton para la toma de fotografías de reseña y huellas dactilares.

Los cargos que enfrenta incluyen violación de la ley de extorsión de Georgia (procesado bajo la Ley de Organizaciones Corruptas e

Influenciadas por Extorsión, RICO por sus siglas en inglés), solicitar violación de juramento por parte de un funcionario público, conspiración para hacerse pasar por un funcionario público y conspiración para cometer falsificación y emisión de declaraciones y documentos falsos.

Para garantizar su comparecencia, Trump accedió a pagar una fianza de 200 mil dólares al tribunal de Georgia y ha sido sujeto a condiciones de libertad bajo fianza que le prohíben intimidar a testigos, a los 18 aliados implicados en el caso o enviar mensajes amenazantes a través de sus redes sociales.

Scott McAfee, juez del Tribunal Superior del condado de Fulton, enfatizó en un comunicado que «el acusado no realizará ningún acto para intimidar a personas que sepan que son coacusados o testigos en este caso ni para obstruir de ninguna otra manera la administración de justicia».

 

La foto de la ficha policial de Donald Trump, sin sonrisa y con la mirada fija en la cámara, fue difundida luego de que fuera fichado en la cárcel de Atlanta por los cargos graves que se le imputan.

Aunque en sus tres casos penales anteriores no se requirió la toma de fotografía, este nuevo episodio representa un hito más en la compleja trayectoria legal del expresidente.