Luiz Augusto Márcio Marques, más conocido como Guto, tuvo una infancia aparentemente normal hasta los 7 años en Passo Fundo, al sur de Brasil. Sin embargo, a partir de ese momento comenzó a experimentar fuertes dolores de cabeza que lo llevaron a un diagnóstico sumamente complejo: un craneofaringioma, un tumor cerebral muy raro y agresivo que afecta a solo una de cada un millón de personas. 

Tan solo un año después, Guto tuvo que enfrentarse a una cirugía arriesgada para extirpar parte del tumor. Esta intervención podía poner en riesgo su capacidad de hablar, caminar y hasta de ver afectado su crecimiento. La incertidumbre se cernía sobre la vida del joven. 

A pesar de los riesgos, la cirugía fue un éxito. Los dolores de cabeza desaparecieron y se pudo extirpar gran parte del tumor. Aun así, Guto siguió luchando contra la enfermedad y tuvo que someterse a diversas terapias, para prevenir la reaparición del tumor. 

Al finalizar los exámenes médicos, todo parecía normal. Sin embargo, la extirpación del tumor afectó la hipófisis, una glándula fundamental que se encuentra en la parte inferior del cerebro y que se encarga de varias funciones, incluyendo la producción de la hormona del crecimiento. 

De acuerdo con el joven afectado, después de haber sido sometido a múltiples pruebas, se le informó que dejaría de crecer, pero en realidad no sabían cuándo sucedería. Podría haber ocurrido a los 8, 9 ó 10 años de edad. Finalmente, su crecimiento se detuvo a los 12 años. 

Esta situación generó muchos problemas emocionales en el joven, quien tenía una estatura muy baja en comparación con la de sus compañeros de clase. A medida que crecía, se dio cuenta de que sufría de discriminación debido a su altura y esto lo afectó profundamente. 

A pesar de los problemas emocionales, el joven se mantuvo motivado y encontró en el deporte su refugio. El ejercicio y la dedicación le permitieron desarrollar otras habilidades y destrezas, y desde entonces ha participado en diversas competencias deportivas. 

A pesar de las dificultades que atravesó, este joven demostró una gran perseverancia y voluntad para superar obstáculos. Hoy en día, se ha convertido en un modelo a seguir para otras personas que enfrentan circunstancias similares, y su historia inspira a todos a ser más fuertes y mantener la esperanza ante las dificultades.  

Con 23 años, Guto ha logrado vencer al cáncer y superar todas las adversidades que tuvo que enfrentar desde su infancia. Actualmente, se dedica a ser una voz de esperanza para quienes luchan contra la enfermedad y a concientizar sobre la importancia de detectar el tumor a tiempo. 

La historia de Guto demuestra la importancia de la prevención y el diagnóstico oportuno en la lucha contra el cáncer. Además, llama a la reflexión sobre la necesidad de apoyar y brindar esperanza a quienes luchan con esta enfermedad. Guto es un ejemplo de perseverancia y fortaleza, y su historia de vida es una inspiración para muchos.