La Reforma Agraria Integral planteada por el Gobierno del Cambio requiere de la organización campesina para avanzar. Así lo expresó el Presidente de la República, Gustavo Petro, en el balance de sus primeros 100 días de gestión.

En conexión web radial con 300 emisoras comunitarias de todo el país, el Jefe de Estado, respondió a interrogantes de la red de comunicación del departamento de Sucre, sobre cómo avanzar en la prometida reforma del campo.

“Esto es lo que estamos haciendo y es lo que prometemos; pero se necesita de organización campesina. He convocado a las Juntas de Acción Comunal rurales; a la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos; a otras organizaciones, para realizar una gran convención campesina, ahora, para que podamos organizar la demanda por tierra, organizar el campesinado, desde un punto de vista productivo”, afirmó.

Aseguró que, además de esa organización, y de las hectáreas que se entreguen a las comunidades de campesinos, el apoyo del Estado es central.

“Porque al lado de la tierra tiene que ir el crédito del Banco Agrario, los proyectos productivos, la compañía del Estado, porque con la tierra sola no vamos a tener una solución. Se necesita la tierra, pero adicionalmente el conocimiento, el crédito, la asistencia, la ayuda del Estado para que, esos tres millones de hectáreas se conviertan, ojalá, en una duplicación de la cantidad de alimentos producidos en Colombia”, declaró.

El Presidente reconoció que en estos 100 días del Gobierno del Cambio se han logrado avances en cuanto a la Reforma Agraria, “pero no es un tema fácil”.

“Hace décadas Colombia abandonó esta tarea, lamentablemente, y por eso se hundió en la violencia y en el narcotráfico. Al dejar de producir la tierra, al expulsar violentamente al campesinado, ubicándolo, en el caso del Caribe se fue para Venezuela; en el caso del resto de regiones de Colombia se fue hacia zonas selváticas, a las ciudades. Las ciudades caribeñas, como Sincelejo, tienen la mitad de su población, como desplazados de la violencia”, dijo.

Planteó que en lugar de que la pobreza rote, como con el mototaxismo, por ejemplo, se construya riqueza a partir del trabajo, en este caso, de la tierra, y reconoció la propuesta de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedegan) para venderle al Estado tres millones de hectáreas de tierra fértil, plana, usada en ganadería extensiva.

“Estamos adecuando las instituciones, como la Agencia Nacional de Tierras, para hacer esa tarea que es enorme; nunca se había hecho. Eso implica un dinero. Ese dinero, si usted pone un precio promedio de $10 millones por hectárea o $20 millones hectárea de tierra fértil, estamos hablando de una cuantía de $30 a $60 billones, que en seis años es una compra de tierras de aproximadamente $10 billones por año; eso nunca lo ha hecho el Estado”, afirmó.

Señaló que con la compra de este número de tierras se beneficiarán 300 mil familias campesinas, cerca de un millón de personas, volviéndose productores del agro. “Y tendría un efecto multiplicador porque crecen los ingresos y se generaría demanda de otros productos como camisas, pantalones, maquinaria, insumos, y va jalonando una economía e incluso la industrialización del Caribe. El Caribe cambiaría en su paisaje”, añadió.