La gran temporada de compras decembrinas está a la vuelta de la esquina. Los consumidores se preparan para comprar los regalos de Navidad y Reyes Magos, muchos de ellos desde la comodidad de su casa u oficina y con un smartphone en la mano.

Los dispositivos, especialmente los smartphones o teléfonos inteligentes, se utilizan cada vez más para acceder a los servicios financieros y comerciales en América Latina. Según la GSMA, la penetración de los smartphones en la región ganará casi 10 puntos entre 2020 y 2025, pasando del 72% al 81%, representado en 218 millones en Brasil, México 94 millones, Colombia 56 millones; Argentina 45 millones y Perú 29 millones para 2025.

En tal sentido, las actitudes sobre el uso del dinero móvil también están cambiando, si bien la penetración general del dinero móvil es menor en LATAM que en otras regiones, con 26 millones de cuentas registradas, los suscriptores tienden a utilizar sus cuentas con mayor frecuencia. Al respecto, los dispositivos, especialmente los smartphones, son la clave para tener acceso a los servicios financieros y de comercio electrónico. Sin embargo, también pueden ser la puerta de entrada a acciones delictivas.

En ese sentido, cuando las empresas piensan en prevenir el fraude generalmente pasan por alto la forma más fácil y no intrusiva de hacerlo: evaluar el riesgo del dispositivo del usuario durante la incorporación o al comienzo de una transacción digital. Esta evaluación se denomina inteligencia del dispositivo o verificación del dispositivo.

Un dispositivo puede decir mucho sobre su usuario. Según Jumio – líder en evaluación de riesgos de prueba de identidad, las empresas deberían comprobar el riesgo del dispositivo antes de revisar otras señales de riesgo, como la dirección de correo electrónico o el número de teléfono que proporciona el cliente.

Al ejecutar la inteligencia del dispositivo, las empresas pueden detectar la dirección IP, el sistema operativo y la antigüedad del dispositivo y buscar las señales de alerta que indican fraude. El análisis también determina si el dispositivo está utilizando la emulación del GPS, el origen del dispositivo, las VPN o los proxies para enmascarar su ubicación, un truco común utilizado por los defraudadores en las geografías de alto riesgo.

Dado que este servicio se ejecuta en segundo plano y antes de que el usuario haya introducido cualquier información, la comprobación del riesgo del dispositivo es totalmente transparente y sin fricciones para el cliente. Es decir, los clientes no saben que se está llevando a cabo y no ralentiza ni afecta a la experiencia. La inteligencia de dispositivos es una de las capacidades más baratas que una empresa puede integrar, pero el valor que proporciona es inmenso. Puede y debe ejecutarse al principio del viaje de incorporación o de la transacción digital.

Jumio cuenta con un equipo entero dedicado a mantenerse al día con las tendencias de fraude y está evolucionando constantemente su tecnología. Por ejemplo, su servicio de riesgo de dispositivos se mejoró no sólo para detectar las VPN, sino también para supervisar la velocidad de la actividad (es decir, la frecuencia con la que se observan características específicas del dispositivo durante un período de tiempo).