En los campos dorados de Ramiriquí, Boyacá, la uchuva se erige no solo como un manjar exquisito sino como un posible elixir para la salud visual, según nuevos hallazgos respaldados por datos nutricionales.

La uchuva, integrante de la familia de las solanáceas y conocida por su similitud con la papa y el tomate, se revela como una fuente abundante de vitaminas A, B y C, así como de zinc. Estos componentes, según expertos, podrían convertir a la uchuva en un aliado invaluable para mantener una visión saludable.

El Departamento de Agricultura de los Estados Unidos subraya que el consumo regular de uchuvas podría ayudar a prevenir problemas visuales, incluyendo las cataratas. Este pequeño fruto amarillo, además de deleitar el paladar, podría convertirse en un escudo natural contra afecciones oculares.

Aunque las propiedades oftalmológicas de la uchuva han sido cuestionadas, la evidencia respaldada por datos científicos sugiere que su inclusión en la dieta diaria podría marcar la diferencia. Estudios han asociado el zinc presente en la uchuva con la protección de los ojos, desafiando las críticas y resaltando su potencial en la prevención de enfermedades visuales.

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En esta región de Boyacá, donde los campos de uchuva impactan no solo la economía local sino también el panorama nutricional, la pequeña fruta amarilla se destaca como una fuente prometedora de bienestar visual. Su presencia en glaseados, helados de yogur y mermeladas resalta su versatilidad en la cocina, convirtiéndola en un complemento delicioso y beneficioso.

La uchuva, más allá de su atractivo sabor, podría ser la clave para una visión más nítida y saludable. Con sus nutrientes esenciales y su potencial para prevenir afecciones oculares, este tesoro amarillo podría brillar con fuerza en la búsqueda de una salud visual óptima