El balance, esto es, la diferencia entre las “opiniones buenas” y las “opiniones malas”, es el más negativo en el presente año. Hay un desánimo entre los compradores que aún con los atractivos descuentos y ofertas de los comerciantes parece acentuarse.

Los registros de los centros comerciales sobre el ingreso de consumidores acusaron en octubre una reducción de dos dígitos, al tiempo que el valor de las compras reales con dinero electrónico, en particular con tarjetas de crédito, ha disminuido.

La gradual pero constante reducción de la inflación ahora sí debería traducirse en una baja, así fuese modesta, en la tasa de interés de referencia por parte de la Junta directiva del Banco de la República en diciembre.

Ello alentaría a los compradores a acudir en mayor grado al crédito para adquirir bienes semidurables y durables que hoy sufren un verdadero desplome, sólo comparable al peor momento de la pandemia del 2020 como lo fue el segundo trimestre de aquel año.

Voceros de almacenes de gran formato nos indican que en octubre no se percibió una compra importante de regalos para fin de año. Ello sugiere que las compras para la navidad estarán muy concentradas en la última semana de noviembre (black friday) y todo diciembre.

También sería una buena noticia para el bolsillo de los consumidores el hecho de que se han agotado los insumos y producto terminado con un dólar costoso. En cuanto a la dinámica de los negocios para los próximos seis meses, el 24 % de los empresarios dice que mejorará, el 26 % que empeorará y el 50 % señala que la situación seguirá igual.

Por: Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco Nacional.