Aunque en sus inicios, las Fintech se percibieron como una forma de competencia para el sector financiero tradicional, con el tiempo, las entidades bancarias han forjado sinergias y creado oportunidades para fortalecer y modernizar sus modelos de negocios. Esto ha implicado una reestructuración del ecosistema, transformando las necesidades de los usuarios en oportunidades innovadoras y eficientes.

“La innovación tecnológica de las Fintech tiene un gran potencial para la provisión eficiente de los servicios financieros, donde se vislumbran: mejoras en la oferta de productos y/o servicios; reducción de costos; y cumplimiento de las metas de inclusión financiera (población no bancarizada). En este sentido, estos nuevos jugadores de la industria tecnológica han modificado el ecosistema del negocio bancario, pues adoptan las innovaciones y necesidades del mercado, rompiendo los paradigmas de la banca tradicional”, resalta un documento que emitió recientemente la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia (Asobancaria).

También se señala que, según información de Finnovista y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a finales de 2021, en América Latina había 2.482 startups financieras, de las cuales el 74% se encontraban en Brasil (771), México (512), Colombia (279) y Argentina (276).

Además, se destaca que en Colombia, durante los últimos años, ha habido cambios significativos en la distribución de los segmentos de las empresas Fintech. En 2010, existían 64 empresas, de las cuales el 37,5% se clasificaban como emprendimientos de pagos digitales, seguidas por las empresas de crédito digital (23,4%) y las de finanzas empresariales (17,1%). Sin embargo, en 2021, con la incorporación de nuevos actores en el ecosistema, esta distribución se modificó, dejando al crédito digital como líder con una participación del 33,1%.