La temporada de menos lluvias bajo la influencia del fenómeno de El Niño, que según los pronósticos se extenderá hasta mitad de año, continúa impactando a Antioquia.

El Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Desastres de Antioquia (Dagran) ha registrado 10 incendios estructurales y 114 forestales en lo que va del 2024, afectando aproximadamente 100 hectáreas en los municipios antioqueños. La problemática se ha concentrado principalmente en el Área Metropolitana, especialmente en Medellín y Bello.

El Niño se extendería hasta mayo o junio

Según el análisis de los profesionales técnicos del Sistema de Alerta y Monitoreo de Antioquia (SAMA) y el Instituto Internacional de Investigación del Clima y la Sociedad (IRI), la probabilidad de persistencia del fenómeno de El Niño supera el 90% hasta el trimestre febrero-marzo-abril de 2024, disminuyendo para marzo, abril y mayo. Se prevé que, para la primera temporada de lluvias con su punto máximo en mayo, la influencia de El Niño sea mínima, según las proyecciones meteorológicas.

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El director del Dagran, Carlos Ríos Puerta, manifestó que, de acuerdo a la revisión histórica, el último fenómeno de El Niño de igual o mayor intensidad ocurrió en 2015-2016. Además, reiteró que durante estos días se observan con frecuencia días secos y despejados, que favorecen un incremento en la radiación solar y por consiguiente un aumento de la temperatura. Las condiciones secas podrían mantenerse o aumentar para enero en subregiones como Suroeste, Occidente y Urabá; y para febrero se extenderá por todo el departamento.

El funcionario, reveló que según los reportes del Ideam, en Medellín la temperatura ha subido 2,2° respecto a lo normal, en Rionegro 1,8° y en Apartadó 1°C. Agregó que en esta temporada de menos lluvias se favorecen los incendios forestales y disminuyen los niveles de ríos y quebradas, por lo anterior se invita a la comunidad a continuar acatando las recomendaciones, cuidar el agua y no desperdiciarla, evitar hacer fogatas, no arrojar elementos que puedan generar fuego, y a seguir las demás instrucciones de las entidades de gestión del riesgo de desastres.