En el Concejo de Medellín, se está volviendo paisaje el hecho de que algunos cabildantes inexpertos otra vez se deben retractar por orden judicial, tal y como pasó recientemente con Alejadro de Bedout.

«Otro concejal de Federico Gutiérrez es forzado a retractarse públicamente. No solo engañaron a la gente para llegar al poder, lo hicieron para tapar los escándalos de corrupción que rodean a su partido».

Esta situación es más grave de lo que parece, pues estos concejales dañan el nombre de alguien, multiplican el escándalo en todos los medios de comunicación que tienen a disposición y luego, en dos minutos, solo leen una carta retractandose por lo dicho. Algunos consideran se les debe sancionar fuertemente, más allá de la retractación, para que no reincidan en estos hechos.

Todo político que ponga el nombre de otra persona en el escarnio público sin tener pruebas que sustentes sus acusaciones, lo único que recibe como sanción es el hecho de tener que retractarse por los mismos medios que dijeron la ofensa, pero luego pueden seguir tranquilos con su carrera política, mientras las víctimas de lo dicho reciben una marca para siempre.

El llamado es no solo a Alejandro de Bedout, sino a los demás concejales de Creemos y en general, para que cuando decidan denunciar algún hecho de corrupción, lo hagan sustentando su tesis y no simplemente lanzando injurias y/o calumnias al aire que dejan en vilo el buen nompre de personas que aún no han sido vencidas en juicio, pues se atenta al derecho a su buen nombre, hasta que se demuestre lo contrario.

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