Gustavo Petro Urrego, el mandatario de los colombianos, adelantó una reunión con voceros de la comunidad de indígenas ember a asentados en Bogotá, los cuales han sido víctimas de desplazamiento en sus zonas en donde operan grupos delincuenciales, de narcotráfico y al margen de la ley. El presidente rechazó la violencia de la protesta, un grupo de indígenas, quienes desataron la violencia en el centro de la capital, dejando al menos 27 heridos, entre ellos 15 policías, indicó que los nativos llevan un mes en condiciones precarias, sin alimentación, agua potable, están hacinados y han visto morir a 21 de sus miembros.

«Me reúno con la comunidad embera víctima de desplazamiento y ubicada en Bogotá. Hace un mes no tienen agua potable, viven hacinados más de 1.200 personas donde solo caben 400. Han visto morir 21 de sus integrantes, la mayoría niños en Bogotá», trinó el presidente.

De esta manera, Petro expresó, durante el diálogo con los voceros embera, que su Gobierno cumplirá los acuerdos que firmó la administración de Iván Duque, las cuales quedaron en un compromiso que no se llevó a cabo y que los sumió en esta problemática en que hoy se encuentran, la cual atenta contra los derechos humanos, además añadió que la paz en el alto Andagueda, de donde provienen los indígenas, solucionará la problemática que sufren por «incomprensión étnica».

Petro, ante la polémica desatada ayer por la jornada de violencia que se vivió por parte de algunos miembros de la comunidad indígena con la que se reunió, indicó que aunque avala el respeto a la protesta, no puee haber actos de violencia, pues  «todo miembro de la policía, todo funcionario público, igual que toda persona, es sujeto de derechos humanos«.

«Es también violador de derechos humanos el que agrede en estado de indefensión a un policía», agregó el mandatario.

Por último, Claudia López, la alcaldesa de Bogotá, exaltó el respaldo al presidente Petro a la Policía y a otros funcionarios de la administración que fueron agredidos en la protesta.

«Gracias Presidente por su respaldo y rechazo contundente a la violencia contra nuestros servidores» al tiempo que recalcó que en Bogotá prima el diálogo, pero recordó que «hoy fueron los gestores de diálogo y convivencia los violentados«.