Donar sangre es darle a alguien la oportunidad de vivir más. Es donar esperanza y tratar de salvar vidas. Uno de nuestros servidores, fue reconocido por ser un permanente donador de vida.

Donar es un acto de vida, no solo sangre, si no donar en general, porque también cuando uno pierde la vida también podría, como en mi caso, donar todo lo que de su cuerpo les sirva a los otros”. 

Con esta frase corta y con un hablar tranquilo y sereno, un poco tímido, tal vez impactado aún por la emoción que le produjo el pequeño, pero sencillo y sorpresivo homenaje que le hicieron, expresa Felipe Pardo Pardo lo que para él significa el acto de donar sangre.

Él fue escogido por cada uno de los bancos que hacen parte de la Coordinación de Bancos de Sangre que operan en nuestro territorio para ser reconocido y homenajeado por su constante sentido humanitario -como donador permanente de sangre- para apoyar las necesidades que se tienen en este campo.

“Desde que llegué acá a Medellín, hace unos tres años y desde que la Universidad de Antioquia puso su puesto de donación de sangre en el primer piso de la Alcaldía y cada tres meses que lo ponen, dono por el significado y el beneficio que esto tiene para los demás y porque también el cuerpo se va regenerando”.

El reconocimiento

Para Tatiana María Quiceno Ibarra, directora de Calidad y Redes de Servicios de la Seccional de Salud de Antioquia, desde la coordinación de bancos de sangre se quiso hacer un reconocimiento a esas personas que son leales a la donación y que siempre lo hacen “y que en el caso de Felipe, gracias a ese aporte vital, se han podido salvar 12 vidas en el último año y queríamos que él se sintiera reconocido  por esa labor, porque él es de ese tipo de personas que dan sin esperar nada a cambio y  hoy queríamos darle un  poquito de lo que él le da a los demás”.

De acuerdo con esta administradora: “esto es excelente, ojalá todos los antioqueños tuviéramos esa cultura de donación, ya que el resultado final es poder entregar al mundo un poco de lo que nos da a nosotros”. 

Felipe tiene 38 años. Es nativo de Pasca, un municipio de Cundinamarca a unos 71 kilómetros de Bogotá. Hasta los 16 años vivió en su pueblo natal y luego, hasta los 35 en la capital del país. De allí se vino para Medellín y habita en el barrio Laureles.

Le gusta su trabajo como contratista en la parte de logística en la Secretaría de Suministros y Servicios de la Alcaldía de Medellín, pero confiesa que es Ingeniero Industrial y con voz tímida dice que: “también soy locutor y productor de radio y televisión, me gusta mucho, no lo ejerzo, pero espero hacerlo en el futuro”.

Perder el miedo a donar sangre

Invita a la gente a donar sangre y a vencer algunos mitos al respecto. “Cuando dono no siento nada, ni mareo, ni sueño, ni algún síntoma; al contrario, se aliviana mi cuerpo y se regenera mi sangre”.

Se siente muy agradecido y sorprendido porque no esperaba esto. “Me habían llamado de la secretaría, pero no me imaginé que fuera algo así.  Nunca me habían dado serenata. Muy chévere.  Les agradezco muchísimo este detalle”, afirma con timidez, al tiempo que sus compañeros de oficina le expresaban su respeto y admiración con aplausos y voces de aliento.

Foto diploma Felipe Pardo Pardo. Foto Juan Carlos Ríos

 “A la gente le da un poquito de miedo porque hay que llenar un formulario con ciertas preguntas muy personales, pero si uno tiene una vida sana perfectamente puede donar las veces que sea” y entonces mira el collarcito con un dije en forma de corazón que le entregaron y el mensaje que allí dice: “por regalar esperanza y contribuir a la noble misión de salvar vidas, por donar su tiempo y poner el corazón.  Gracias por entregar en un mundo que muchas veces solo piensa en recibir”.

La invitación es a donar sangre o plaquetas y en Antioquia hay 12 bancos de sangre de los cuales nueve están en Medellín.  También usted puede sumarse a donar órganos para salvar vidas y a tener conciencia sobre ese tema.

Mientras tanto, Felipe esperará su próximo turno para donar vida a través de su sangre, para seguir brindando lo mejor de sí en su trabajo, soñando con los días futuros en que pueda hacer radio y televisión y caminando -de arriba para abajo y para todas partes- como le gusta hacerlo en los diferentes desplazamientos que hace en la ciudad.